Mi nombre es Óscar Díaz Contreras, nací un 30 de abril de 1998 en la hermosa y emblemática ciudad de Puebla, México. Desde el primer instante, mi vida ha estado llena de aprendizajes, experiencias únicas y el constante deseo de superarme a mí mismo.
Mis raíces y mi infancia: Crecí en un entorno familiar lleno de cariño, respeto y comprensión. Mi familia ha sido, sin duda, una de las mayores bendiciones de mi vida. Siempre he considerado que tengo una familia “muy buena onda”, como suelo decir con una sonrisa. Cada uno de ellos ha aportado algo especial a mi formación, ya sea con sus consejos, su ejemplo o simplemente con su compañía. En casa aprendí valores esenciales como la honestidad, la empatía, el esfuerzo y la humildad.
Mi infancia estuvo marcada por la curiosidad. Desde muy pequeño me gustaba desarmar objetos para entender cómo funcionaban, preguntar el porqué de todo, y explorar nuevas formas de aprender. Aunque no siempre encontraba las respuestas que buscaba, esa misma curiosidad fue lo que encendió mi pasión por la tecnología y la educación.
Mi formación académica y profesional: A lo largo de mi vida he entendido que el aprendizaje nunca termina. Por eso, además de mis estudios formales, decidí tomar cursos que complementaran mi formación. Uno de ellos fue un curso de programación, el cual marcó un antes y un después en mi manera de ver el mundo digital. En él descubrí que detrás de cada aplicación, página web o sistema, hay una lógica fascinante y creativa. Aprendí conceptos básicos que más adelante reforzaría en mi carrera profesional.
También tomé un curso de inglés, consciente de que este idioma es una herramienta fundamental para el mundo globalizado en el que vivimos. Gracias a este conocimiento, he podido acceder a contenidos, cursos y materiales que han enriquecido mi visión del mundo, además de facilitar la comunicación con personas de otras culturas.
Hoy en día, estudio en el DASC (Desarrollo Académico de Sistemas y Computación) la carrera de Administración y Sistemas. Esta carrera combina dos áreas que me apasionan: el liderazgo empresarial y la tecnología. Me encanta la idea de poder aplicar soluciones digitales a problemas administrativos, mejorar procesos y aportar al crecimiento de empresas u organizaciones a través de la innovación.
Desafíos y aprendizajes: Como toda persona, he enfrentado momentos difíciles, desafíos personales y etapas de incertidumbre. Sin embargo, cada tropiezo me ha enseñado algo valioso. Aprendí que el fracaso no es el final del camino, sino una oportunidad para crecer, analizar lo que salió mal y regresar con más fuerza. La vida me ha enseñado que lo más importante no es la velocidad con la que llegamos a nuestras metas, sino la determinación con la que seguimos avanzando.
Valores que me definen: A lo largo de mi vida he aprendido a guiarme por valores que considero esenciales para construir una vida significativa: la responsabilidad, porque sé que cada acción tiene consecuencias; la perseverancia, porque nunca me he rendido ante los obstáculos; y la gratitud, porque reconozco y valoro todo lo que tengo, especialmente a las personas que me rodean.
Me esfuerzo cada día por ser una mejor versión de mí mismo, tanto en lo personal como en lo profesional. Trato de aportar lo mejor de mí en cada proyecto, en cada relación, en cada paso que doy.
Mis sueños y metas a futuro: Tengo muchas metas que quiero cumplir. Me gustaría seguir profundizando mis conocimientos en programación, tal vez convertirme en desarrollador de software o consultor de sistemas. También me interesa algún día emprender mi propio negocio, combinar mis conocimientos de administración con la tecnología para crear una empresa que ayude a resolver problemas reales de la sociedad.
A largo plazo, sueño con poder devolverle algo a la comunidad que me ha dado tanto. Quizás enseñar a jóvenes que, como yo, sienten pasión por la tecnología pero no saben por dónde empezar. Quiero ser un ejemplo de que, con esfuerzo, disciplina y valores, cualquier meta es posible.
Reflexión final: Hoy, al mirar hacia atrás, me siento orgulloso del camino que he recorrido. Agradezco cada experiencia, cada persona que ha sido parte de mi historia, cada lección que me ha dejado huella. Pero también miro hacia adelante, con la certeza de que lo mejor aún está por venir.
Mi nombre es Óscar Díaz Contreras, y esta es mi historia. Una historia que sigue escribiéndose, día a día, con pasión, esfuerzo y el firme deseo de dejar una huella positiva en el mundo.
Mi nombre es Óscar Díaz Contreras, nací un 30 de abril de 1998 en la hermosa y emblemática ciudad de Puebla, México. Desde el primer instante, mi vida ha estado llena de aprendizajes, experiencias únicas y el constante deseo de superarme a mí mismo.
Mis raíces y mi infancia: Crecí en un entorno familiar lleno de cariño, respeto y comprensión. Mi familia ha sido, sin duda, una de las mayores bendiciones de mi vida. Siempre he considerado que tengo una familia “muy buena onda”, como suelo decir con una sonrisa. Cada uno de ellos ha aportado algo especial a mi formación, ya sea con sus consejos, su ejemplo o simplemente con su compañía. En casa aprendí valores esenciales como la honestidad, la empatía, el esfuerzo y la humildad.
Mi infancia estuvo marcada por la curiosidad. Desde muy pequeño me gustaba desarmar objetos para entender cómo funcionaban, preguntar el porqué de todo, y explorar nuevas formas de aprender. Aunque no siempre encontraba las respuestas que buscaba, esa misma curiosidad fue lo que encendió mi pasión por la tecnología y la educación.
Mi formación académica y profesional: A lo largo de mi vida he entendido que el aprendizaje nunca termina. Por eso, además de mis estudios formales, decidí tomar cursos que complementaran mi formación. Uno de ellos fue un curso de programación, el cual marcó un antes y un después en mi manera de ver el mundo digital. En él descubrí que detrás de cada aplicación, página web o sistema, hay una lógica fascinante y creativa. Aprendí conceptos básicos que más adelante reforzaría en mi carrera profesional.
También tomé un curso de inglés, consciente de que este idioma es una herramienta fundamental para el mundo globalizado en el que vivimos. Gracias a este conocimiento, he podido acceder a contenidos, cursos y materiales que han enriquecido mi visión del mundo, además de facilitar la comunicación con personas de otras culturas.
Hoy en día, estudio en el DASC (Desarrollo Académico de Sistemas y Computación) la carrera de Administración y Sistemas. Esta carrera combina dos áreas que me apasionan: el liderazgo empresarial y la tecnología. Me encanta la idea de poder aplicar soluciones digitales a problemas administrativos, mejorar procesos y aportar al crecimiento de empresas u organizaciones a través de la innovación.
Desafíos y aprendizajes: Como toda persona, he enfrentado momentos difíciles, desafíos personales y etapas de incertidumbre. Sin embargo, cada tropiezo me ha enseñado algo valioso. Aprendí que el fracaso no es el final del camino, sino una oportunidad para crecer, analizar lo que salió mal y regresar con más fuerza. La vida me ha enseñado que lo más importante no es la velocidad con la que llegamos a nuestras metas, sino la determinación con la que seguimos avanzando.
Valores que me definen: A lo largo de mi vida he aprendido a guiarme por valores que considero esenciales para construir una vida significativa: la responsabilidad, porque sé que cada acción tiene consecuencias; la perseverancia, porque nunca me he rendido ante los obstáculos; y la gratitud, porque reconozco y valoro todo lo que tengo, especialmente a las personas que me rodean.
Me esfuerzo cada día por ser una mejor versión de mí mismo, tanto en lo personal como en lo profesional. Trato de aportar lo mejor de mí en cada proyecto, en cada relación, en cada paso que doy.
Mis sueños y metas a futuro: Tengo muchas metas que quiero cumplir. Me gustaría seguir profundizando mis conocimientos en programación, tal vez convertirme en desarrollador de software o consultor de sistemas. También me interesa algún día emprender mi propio negocio, combinar mis conocimientos de administración con la tecnología para crear una empresa que ayude a resolver problemas reales de la sociedad.
A largo plazo, sueño con poder devolverle algo a la comunidad que me ha dado tanto. Quizás enseñar a jóvenes que, como yo, sienten pasión por la tecnología pero no saben por dónde empezar. Quiero ser un ejemplo de que, con esfuerzo, disciplina y valores, cualquier meta es posible.
Reflexión final: Hoy, al mirar hacia atrás, me siento orgulloso del camino que he recorrido. Agradezco cada experiencia, cada persona que ha sido parte de mi historia, cada lección que me ha dejado huella. Pero también miro hacia adelante, con la certeza de que lo mejor aún está por venir.
Mi nombre es Óscar Díaz Contreras, y esta es mi historia. Una historia que sigue escribiéndose, día a día, con pasión, esfuerzo y el firme deseo de dejar una huella positiva en el mundo.
